Estimulante artigo do escritor alemão Hans Magnus
Enzensberger, no El Pais, sobre o processo de expropriação política de que
estão a ser alvo os cidadãos da União Europeia. Da ladainha da culpa que é a
nossa, por termos vivido acima das nossas possibilidades, até ao mantra de que
não há alternativa à austeridade ministrada por comités de especialistas acima
de qualquer escrutínio.
Destaco alguns excertos:
Evidentemente, son los menos quienes reparan en que los países europeos,
desde hace bastante tiempo, ya no son regidos por instituciones
legitimadas democráticamente, sino por una serie de abreviaturas que las
han suplantado. Sobre la dirección a tomar deciden el FEEF, el MEDE, el
BCE, la ABA o el FMI.
Parece fantasmal con qué tranquilidad los habitantes de nuestro pequeño
continente han aceptado su expropiación política. Quizá eso se deba a
que estamos ante una novedad histórica. En contraste con las
revoluciones, golpes de Estado y asonadas militares en las que es rica
la historia europea, ahora las cosas suceden sin ruido ni violencia. En
eso estriba la originalidad de este asalto al poder. ¡Ni marchas con
antorchas, ni desfiles, ni barricadas, ni tanques! Todo se desarrolla
pacíficamente en la trastienda.
Estos miembros se autodesignan, igual que en el antiguo régimen
colonial, como gobernadores y, al igual que los directores, no tienen
que rendir cuenta alguna frente a la opinión pública. Al contrario,
están expresamente obligados a mantener el secreto. Esto recuerda a la omertà,
que forma parte del código de honor de la mafia. Nuestros padrinos se
sustraen a cualquier control judicial o legal. Gozan de un privilegio
que ni siquiera está al alcance de un jefe de la Camorra: la absoluta
inmunidad frente al Derecho Penal. (Eso es lo que se dispone en los
artículos 32 a 35 del Tratado del MEDE).
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